Diario Clarín – 6 de junio de 2007
Restaurar es una técnica científica para volver un patrimonio a su estado de valor. Lo del gobierno es un plan de mantenimiento, y lo que se hizo y lo que se está haciendo en los espacios verdes de la Ciudad de Buenos Aires es reformar las plazas yremodelarlas. La mayoría es patrimonio cultural e histórico, por lo que se deben conservar y restaurar, y es lo que no se ha hecho. A la Gioconda no la puedo teñir de rubio ni ponerle aros hippies. A una plaza que es patrimonio histórico no puedo ponerle un baño para perros, o un monumento, porque es una obra de arte, creada por un paisajista, que es un artista. Cada artista ve su trabajo proyectado en los años, porque piensa a futuro. Analiza cómo se verá ese mismo lugar cuando crezcan las plantas, por lo que en su obra entra en juego la cuarta dimensión, que es el tiempo. Antes de comenzar con las obras, cada plaza debe tener un análisis especial. Hay que ver la historia de cada una. Hay que contratar especialistas y hacer un análisis social de cada barrio.
Buenos Aires tiene muy pocos espacios verdes en relación a sus habitantes y su superficie. Según los estándares de la Organización Mundial de la salud, una ciudad necesita de 10 a 15 metros cuadrados por habitante. En Buenos Aires tenemos poco menos de tres.
En mi opinión, para cuidar los espacios verdes hay que poner en las plazas a la Guardia Urbana entrenada, instruida y con autoridad, que no tiene nada que ver con autoritarismo. De esta manera la gente no se comportaría de modo vandálico. Además hay que educar a todos los ciudadanos y volver a las épocas en que los niños acudían a las plazas a jugar, que es una actividad fundamental en el crecimiento de las personas.