Diario La Nación – 3 de setiembre de 2011
No es una novedad ver cómo, día tras día, se degrada el patrimonio escultórico urbano, cuyo valor va mucho más allá del monetario y artístico, que de por sí alcanza cifras difíciles de cuantificar.
"En estos días, uno de los tantos hechos de vandalismo superó con creces lo visto hasta el momento: El pensador, de Auguste Rodin, ha sido totalmente pintado desde su base hasta la cara, en una acción que será difícil reparar. A juzgar por las leyendas, los bárbaros que lo hicieron sabían muy bien lo que querían hacer, y merecen ser ubicados y sancionados.
"Pero tras la cara del vandalismo se encuentra la otra, o sea, la omisión en el cumplimiento de las leyes por parte de las autoridades gubernamentales. En noviembre de 2008 fue sancionada la ley 2932, por la que se dispone su cesión en comodato al Honorable Congreso de la Nación para que sea instalado en la explanada ubicada tras la escalera de acceso al Palacio.
"De esa forma, El pensador, todo un símbolo para el Palacio, y lo que él representa como inspirador de las ideas, tendrá el lugar que merece y al que había sido originalmente destinado, y donde el caminante podrá detenerse para observarlo en toda su dimensión."