El Rosedal

Diario La Nación – 2 de diciembre de 2014

Somos muchos los vecinos que estamos felices por festejar el primer centenario del Rosedal de Palermo. Es obra de varios importantes paisajistas argentinos: los ingenieros agrónomos Benito Javier Carrasco, su hermano Eugenio y Carlos Thays (hijo). Éste fue uno de los descubrimientos que hicimos Andrea Caula, Roxana Di Bello y yo al estudiar su devenir, así como el del Patio -Glorieta Andaluz , uno de sus elementos más destacados. ¡Y el comienzo de todo esto fue hace unos diez años! Interesamos a Carolina Llosa de Sturla -gerenta de Cultura de la Fundación YPF, empresa que en ese entonces apadrinaba el Rosedal- y pronto estuvimos redactando los dos libros que se publicaron con su patrocinio. El mal estado físico de este hito del patrimonio porteño nos llevó a proponer a la fundación la restauración del paseo. Conformamos entonces un equipo multidisciplinario con Marcelo Magadán y Valentina Casucci a la cabeza. El apoyo dado por Enrique Eskenazi -presidente de YPF en ese entonces – fue la chispa que faltaba: en pocos meses el Rosedal de Buenos Aires volvió a lucir como en sus momentos de gloria. La inauguración de la restauración, el 15 de diciembre de 2008, fue una verdadera fiesta cívica, que reunió a diversos actores políticos y sociales tras un objetivo común: valorar nuestro patrimonio verde público. En su Convención de 2012, la World Federation of Rose Societies distinguió con el Premio Literario al tomo que habíamos escrito dedicado al Rosedal y con el Premio a la Excelencia en Jardines al Rosedal en sí. Éstos fueron los únicos premios recibidos luego del largo y fructífero trabajo de nuestro equipo. La Fundación YPF dejó de patrocinar al Rosedal en 2012 y su mantenimiento es desde entonces solventado por todos los vecinos a través del gobierno de la ciudad, bajo la dirección de Juan Cruz Petracchi, quien sigue fielmente la guía de trabajo elaborada por el equipo de restauración que me honro en haber integrado. Ésta es la simple realidad de la última década del querido Rosedal de Buenos Aires.