Diario La Nación – 22 de marzo de 2013
El parque Lezama es uno de los hitos histórico-culturales porteños, tanto por ser la expresión viva de su devenir social y natural como por su carácter testimonial. Por ello, tiene un gran reconocimiento a nivel popular, en el imaginario y la memoria colectiva de los argentinos; además de ser una atracción turística. En lugar de ser el rostro del abandono -que reflejó LA NACION el 12 del actual-, su recuperación debería establecer un modelo técnico y de excelencia que sirva para analizar, diagnosticar y recuperar otros parques históricos de la ciudad y el país. Me pregunto entonces la razón por la cual se está dejando de lado el exhaustivo estudio y proyecto de recuperación elaborado -con el más alto nivel y apego a la legislación patrimonial internacional- hace exactamente cinco años por el propio gobierno de la ciudad de Buenos Aires y un grupo de más de veinte expertos nacionales e internacionales, y consensuado por la comunidad y sus organizaciones. ¿Qué esperamos para dar ejecución a acertadas propuestas producto del profesionalismo y de la experiencia, de la seriedad y del amor por nuestra historia y sus bienes culturales?