La Nación – 16 de mayo de 2018
El gobierno de la ciudad anuncia para mañana la inauguración de una nueva
estación de la línea H de subte. Bienvenida sea. Su concreción se debió a la
lucha de los vecinos defensores del patrimonio que conseguimos que se
respetara la histórica Plaza Intendente Alvear y que la estación se ubicara
en el sitio adecuado que yo propuse en su momento. Un logro para la ciudad,
pero ¿cuál fue el costo para nosotros, los vecinos?: la demanda que por los
entonces tres millones de dólares nos inició el mismo gobierno que hoy se
afana por demostrar que hizo las cosas bien. ¿Bien? La estación se comenzó a
construir destrozando la plaza y violando tres leyes de la ciudad. Vanas
fueron las gestiones que realizamos ante Subterráneos de Buenos Aires para
que reparara su error. Nos presentamos ante la Justicia, que nos dio la
razón y tuvieron que restituir la plaza y reubicar la estación.
La persecución de la que he sido objeto -junto con Basta de Demoler y
Santiago Pusso- durante los últimos cuatro años no se condice con la
democracia que el gobierno de la ciudad publicita: «En todo estás vos».
Nosotros estuvimos, como ciudadanos comprometidos con la cosa pública. Hoy,
seguimos esperando que se haga justicia y que el gobierno desista de la
absurda demanda.