Diario La Nación – 25 de junio de 2008
En una información reciente se anunció el ensanche de nuevas calles en Puerto Madero y la pavimentación de las tres cuadras sobre el antiguo empedrado del Bulevar Olleros, en Belgrano.
Los vecinos celebramos lo primero, pero nos oponemos a la eliminación del empedrado, que es parte del paisaje urbano de Buenos Aires, y en particular de esta zona de Belgrano. La ciudad de Buenos Aires ha tenido diferentes tipos de pavimentos y veredas en su historia. Los más tradicionales fueron el empedrado grueso y fino, y las baldosas vainilla y de pancitos. Con relación al primero, son pocos los enclaves que aún conservan estos materiales y está técnica que nos dieron en el mundo la imagen de la ciudad del tango. Hoy vemos cómo, desconociendo la historia y la opinión de los vecinos, se llama a repavimentar sitios emblemáticos como el Bulevar Olleros, que perderán de ese modo un elemento fundamental de la memoria colectiva.
Lamentablemente son varios los casos, y en este momento se están levantando adoquines en los laterales de la avenida Belgrano; cordones de granito de gran valor estético en las esquinas de Constitución, y asociado a esto, en diferentes lugares de la ciudad el gobierno está, con fondos del erario, cambiando las antiguas veredas de vainillas y nueve pancitos por unos baldosones cuadrados que estéticamente no tienen nada que ver con el tipo de solados públicos que existieron en la ciudad.
Todos estos cambios contribuyen a una modificación del paisaje urbano de Buenos Aires, en desmedro de su identidad y belleza. Los vecinos queremos preservarlo. Los turistas lo elogian. ¿Por qué cambiar aquello que está ligado a la identidad de los barrios y de nuestra ciudad? Los vecinos de Belgrano han comenzado a recolectar firmas para presentar al GCBA solicitando que se respete el adoquinado del Bulevar Olleros.