Diario La Nación – 13 de julio de 2012
"¡Qué pena que no estaba equivocada en mi carta de lectores del 11 de marzo! En esa misiva preguntaba al vicepresidente de la Nación sobre los supuestos «arreglos» que -se decía- había mandado hacer en el despacho que ocupa momentáneamente en el Congreso. Nunca obtuve respuesta ni de él ni de los organismos que deben velar por nuestro patrimonio, en especial aquellos declarados monumento histórico nacional. El 24 de junio me enteré de que el jacuzzi fue desmontado por orden de la Presidenta. Pero ¿qué pasó con los otros atropellos a un edificio que nos pertenece a todos? Por ejemplo, los pisos flotantes y el color blanco sobre la boisserie. Ahora, el diputado Julián Domínguez anuncia la restauración del histórico monumento. ¿Incluirá la reparación en el despacho que usa Boudou? ¿Quién pagó por el desastre y quién pagará por su arreglo? "Si todavía vivimos en una democracia, los funcionarios están obligados a responder ante el pueblo."