Diario La Nación – 22 de abril de 2005
"El 16 de octubre de 1926 se inauguró, en un contexto paisajístico excepcional, el monumento a Carlos de Alvear, obra del escultor francés Antoine Bourdelle. Con los años devino el de mayor valor monetario del país y, aun sólo por esta última condición, un pueblo inteligente lo cuidaría.
"Pero hoy, cuando el país, la ciudad y la Recoleta parecen circos fuera de sus honrosas carpas, algunos funcionarios se dan el gusto, y a toda la sociedad el disgusto, de montar un escenario sobre la misma escultura para ofrecer un recital musical. Combinan perfectamente con otros funcionarios encargados de no permitir esos excesos y que brillan por su ausencia.
"¿Son conscientes del daño que infligen al monumento y a la sociedad? A todos ellos el pueblo les paga el sueldo para que cumplan con sus obligaciones (incluyendo el cuidado y la defensa del patrimonio nacional) y no para que nos perjudiquen arruinando ese patrimonio que es, justamente, de todos.
"Convoco al festejo de los 80 años del monumento el año próximo… si todavía sigue en pie, pues hace rato que estamos viviendo (y muchos de nosotros llorando) el Cromagnon del patrimonio cultural. La Argentina de la destrucción tiene cada día más salud."