Diario La Nación – 7 de octubre de 2005
"El gobierno de la ciudad está restaurando el Teatro Colón: bienvenido el cuidado de nuestro patrimonio. Pero ese cuidado no debe descuidar el contexto y el detalle. En este caso, el «detalle» es nada menos que la plazoleta de los Tres Nombres (Viamonte, Ginastera y Vaticano), que se encontraba sobre la fachada de la calle Viamonte.
"Allí se erigió en 1908, para la inauguración del teatro, una obra maestra del paisajista Carlos Thays, pensada especialmente para dar realce a tan importante edificio. Su diseño constaba de canteros simétricos, broderies, balaustradas, candelabros, bancos, faroles, jarrones y el conjunto escultórico «El progreso», obra de Tony Noel. Esos elementos habían sido adquiridos en Francia por Jules Dormal y Carlos Thays.
"En 2001, el gobierno de la ciudad y la Sociedad Central de Arquitectos llamaron a concurso de proyectos para una nueva plazoleta, declarándose ganador a uno de neto corte contemporáneo que no acompañaría al estilo del edificio al que debe dar marco. Nunca se debió haber llamado a concurso y como ningún concurso es vinculante, se lo debe dejar sin efecto. El Teatro Colón es monumento histórico nacional y no puede soportar el cambio de una de sus fachadas.
"Hoy, se debe reconstruir la plazoleta tal como había sido concebida por Thays en total acuerdo con Dormal (último arquitecto del Colón). Existen los elementos originales necesarios: planos, fotos, jarrones, el grupo escultórico (en la plaza Ejército de los Andes). Y también es hora de devolverle el nombre de uno de nuestros más grandes y olvidados músicos: Alberto Ginastera.
"Esto es lo que se debe hacer. Sería justo homenaje a quien tanto nos benefició con su obra paisajista, se lograría el exacto marco contextual para el Teatro Colón, se cumpliría con lo que marcan las normas internacionales del patrimonio y sería un acto de respeto a nosotros mismos, valorando nuestro pasado."