Diario La Nación – 31 de agosto de 2007
"Con nuestro voto y el pago de nuestros impuestos, los porteños permitimos a los administradores y legisladores ejercer sus cargos y cobrar sus sueldos. Los vecinos esperamos que ellos trabajen para nuestra felicidad y no para nuestra desgracia.
"Hoy, desde los distintos barrios porteños, somos los mismos vecinos los que debemos movilizarnos para reclamar por la preservación del patrimonio tangible e intangible de la ciudad. Se demuele lo valioso y se sancionan leyes que alterarán la identidad barrial con la construcción indiscriminada de torres en vecindarios residenciales. Nos dirigimos al colapso de la ciudad.
"Autorizar, rezonificar, exceptuar, negociar. Esas son las políticas públicas de hoy que nos harán más robots y menos humanos y que sólo persiguen pingües ganancias inmobiliarias.
"Patrimonio son nuestros edificios, pero también nosotros mismos, los seres humanos que hemos elegido vivir en esta ciudad, en un barrio en especial y en una vivienda en particular. Los administradores, en los que hemos confiado nuestra cotidianidad, están dictando nuestras vidas como ellos piensan que debemos vivir y no como nosotros queremos hacerlo. "Los vecinos estamos demostrando que sabemos dar respuesta a este desgobierno."